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Mi cuento de bicis ya esta listo tengo uno reservado para cada uno de vuestros niños…….

Pepe o Morán, como queráis, de las dos formas lo llaman. Casi siempre se trasladaba en bicicleta. Lo
hacía a diario desde su casa al trabajo y a cualquier otro lugar al que tuviera que llegar. No importaba el
frío ni el calor, si llovía o nevaba. Esas circunstancias sólo matizaban la apetencia mayor o menor de
pedalear. Con los años, los factores externos ya no le influían. Había comprobado que si la pereza te vence,
las disculpas para elegir un medio de transporte aparentemente más cómodo, llegan por millares. En
cambio, si tu decisión permanece inalterable, a los pocos minutos de estar sobre tu bicicleta, disfrutas
por igual del viento o de la nieve, de la lluvia o del sol. En realidad, esos cuatro mil kilómetros anuales
recorridos en dos ruedas, le habían dado la experiencia suficiente para combatir a los principales enemigos
del ciclista. Uno era el que os he comentado (la pereza), que es muy subjetivo y personal. Los demás, te
llegan del entorno: familiares, amigos, conductores…
«Si eres ciclista morirás antes», «es muy peligroso», «en una ciudad como Madrid no se puede», «hay
muchas cuestas y no está habilitada», «si va en bici es que no es un triunfador». Ese es el punto de vista
de la mayoría de la gente, pero como en muchas otras cosas, la mayoría no da ni tiene la razón. Pepe se
sentía muy a gusto en su bici, cuando iba a recoger a su hijo al colegio los niños se arremolinaban a su